que te sorprende por la espalda
y te hace entrecerrar los ojos,
dejando escapar una última
sonrisa antes de
convocarme con un beso,
soy esas praderas de fondo,
la luz que a lo lejos
nos alumbra los ojos
para lavarnos el amor,
ponerlo frente a un instante
como una ventana
por donde dejas que el aire
te acaricie la tristeza
sobre el rostro
pertenezco a cada uno de los instantes
que guardamos juntos,
enmarcados en un momento inerte,
en una felicidad que ahora tirita
como agonizando.
La realidad también se seca
como un animal muerto
al que nadie le cierra
los ojos.
al que nadie le cierra
los ojos.
No soy más
que todas esas fotos
que todas esas fotos
que ahora tiras
a la basura.